En el Black Friday use estas estrategias y capitalice ofertas sin comprometer la liquidez financiera

La euforia de las bolsas llenas el Black Friday, pero, ¿cuánto durará esa sonrisa cuando llegue el extracto bancario?

Mercadeo

El próximo 28 de noviembre, el comercio colombiano se enfrentará a uno de sus hitos más decisivos del año: el regreso del Black Friday. Sin embargo, detrás de las vitrinas digitales y los anuncios de porcentajes en rojo, subyace una realidad económica que exige atención.

Para ponerlo en perspectiva, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) informó que la edición anterior generó una facturación de $2.4 billones de pesos, derivada de más de 13.7 millones de actividades económicas.

Esta cifra no está aislada; según informes recientes de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), el canal digital en el país ha mantenido un crecimiento sostenido superior al 10% anual en ventas minoristas, mientras que datos de la industria financiera (como TransUnion) sugieren que el uso de tarjetas de crédito sigue siendo el motor principal de estas jornadas, a pesar de las tasas de interés vigentes.

El escenario es claro: hay liquidez y hay intención de compra, pero la línea entre una adquisición inteligente y un sobreendeudamiento es delgada. Con la fecha a la vuelta de la esquina, el debate ya no es si comprar o no, sino cómo hacerlo con información de calidad en un entorno de alta presión publicitaria.

El costo oculto de la impulsividad

El Black Friday dinamiza categorías clave como tecnología, electrodomésticos y artículos para el hogar. No obstante, el uso intensivo de métodos de pago digitales y la financiación por cuotas, a menudo enmascaran el costo real de los productos. Diversas voces del ecosistema financiero advierten sobre el riesgo de la "ceguera por descuento".

Un dato revelador proviene de la firma Bravo Colombia, plataforma especializada en reparación de crédito. Según su análisis del comportamiento deudor, cerca del 50% de las personas que ingresan a programas de rehabilitación financiera poseen entre 3 y 5 deudas en mora simultáneas. Este indicador es crítico para entender la psicología del comprador durante el Black Friday: muchas de estas obligaciones nacen de decisiones aceleradas por la percepción de "oportunidad única", donde la emoción de la rebaja supera al cálculo de la capacidad de pago real.

La presión por aprovechar el momento lleva a muchos consumidores a utilizar sus tarjetas de crédito como una extensión de su salario, ignorando que los intereses compuestos pueden anular cualquier ahorro obtenido en el precio base del producto. Expertos en mercadeo coinciden en que la preparación previa y el autoconocimiento financiero son los únicos "escudos" efectivos ante las tácticas de venta agresivas.

Tácticas de compra inteligente

Para navegar esta jornada con éxito, la improvisación debe quedar fuera de la ecuación. Analistas y expertos, calculando en las prácticas habituales del sector retail, sugieren una hoja de ruta que priorice la racionalidad sobre la emoción.

El primer paso es el monitoreo de precios. Comparar con antelación es la única vía para verificar si un descuento es auténtico o si se trata de una inflación artificial de precios previa al evento. Herramientas de rastreo y un chequeo manual días antes del 28 de noviembre permiten identificar variaciones reales, reduciendo la posibilidad de endeudarse por una oferta ficticia.

En segundo lugar, es vital auditar las condiciones del medio de pago. No basta con mirar el precio final; es necesario entender los plazos, las cuotas y los posibles recargos o costos administrativos. La recomendación es tajante: tener claridad sobre los compromisos actuales. Conocer el flujo de caja disponible y los pagos en curso aporta la tranquilidad necesaria para decidir si asumir un gasto adicional es viable.

Finalmente, la lista de prioridades actúa como un filtro de control. Distinguir entre una necesidad real (un electrodoméstico que requiere cambio) y una compra por impulso (el último gadget de moda) ayuda a mantener el foco. El objetivo de estas consideraciones no es desincentivar el consumo, que es motor de la economía, sino fomentar decisiones informadas que permitan disfrutar de los beneficios del Black Friday sin que este se convierta en un dolor de cabeza financiero para el año siguiente.

¿Conoce a alguien que siempre termina comprando lo que no necesita? Comparta este artículo con esa persona ahora mismo y ayúdele a planear una estrategia de compra inteligente antes de que llegue el 28 de noviembre. ¡Su bolsillo se lo agradecerá!

#FinanzasInteligentes #BlackFriday

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