De acuerdo con el informe “Situación Inmobiliaria 2025” de BBVA Research, Colombia es el país con mayor proporción de hogares en la región (40%), por encima de República Dominicana, Ecuador, Brasil, Argentina y Chile, entre otros.
El cambio en la tenencia de vivienda se puede explicar por factores como la urbanización, la movilidad laboral, las preferencias generacionales y las capacidades financieras.
Colombia es el país de América Latina en donde más hogares viven en arriendo. Así lo revela el más reciente informe “Situación Inmobiliaria 2025” de BBVA Research, con datos del Dane y GrowthLab, que concluye que la proporción de personas en alquiler ya asciende al 40%, muy por encima de países como República Dominicana, Ecuador, Brasil, Argentina y Chile, entre otros, y del promedio regional en el que el porcentaje es de 21%.
Actualmente, más de 7,3 millones de hogares colombianos viven en arriendo, frente a 7,1 millones que habitan en vivienda propia, según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE. Esta transformación del modelo de tenencia de vivienda no es un hecho aislado, sino el resultado de una serie de factores estructurales, económicos y culturales que han cambiado profundamente la forma en que los colombianos acceden a una vivienda.
“En Colombia, desde 2018 se observa una tendencia creciente que se materializó en 2022: el número de hogares en arriendo superó al de propietarios. Esta transformación del modelo habitacional responde a múltiples factores estructurales, económicos y culturales. Uno de los motores principales de este cambio ha sido la urbanización. Con más personas migrando del campo a la ciudad en busca de empleo y oportunidades, se ha incrementado la demanda por soluciones habitacionales más flexibles. El arriendo es una alternativa viable en contextos donde los costos del suelo y de construcción hacen cada vez más difícil el acceso a la vivienda propia”, precisa Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas.
La mayor movilidad laboral, especialmente entre los jóvenes, ha llevado a que los hogares opten por el alquiler. El modelo de trabajo híbrido, según reiteró Ramírez, ha facilitado este fenómeno: “Generaciones como los millennials están viendo el arrendamiento como una opción viable no solo como una necesidad. El arrendamiento sigue siendo un modelo atractivo y seguro, especialmente para aquellos que no pueden acceder a crédito”.
Aunque en el último año el Banco de la República ha optado por una política monetaria expansiva, con la reducción en las tasas de interés, aún los hogares colombianos no logran recuperar la confianza para la compra de vivienda. Un dato relevante es que el 88% de los hogares que viven en arriendo pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, lo que refleja una profunda conexión entre la falta de acceso a financiación y la concentración del arriendo en los sectores de menores ingresos.
Un cambio estructural que redefine el modelo habitacional en Colombia
Otro elemento estructural es el desfase entre la formación de hogares y la construcción de viviendas formales. De acuerdo con el DANE, entre 2000 y 2025 se formaron 9,1 millones de nuevos hogares, pero solo se construyeron 9 millones de viviendas, de las cuales apenas 5,9 millones fueron formales. Esto ha contribuido al crecimiento del déficit habitacional cuantitativo y cualitativo, forzando a muchas familias a alquilar o habitar viviendas informales.
“El cambio en la estructura de los hogares colombianos también está redefiniendo el modelo de vivienda. De los más de 17 millones de hogares del país, cerca de siete millones son hogares sin hijos, una cifra que evidencia las nuevas dinámicas familiares y estilos de vida que también inciden en las decisiones habitacionales. Estas configuraciones de familia tienden a optar por viviendas más pequeñas, de menor costo, y con mayor movilidad, reforzando aún más la preferencia por el arriendo”, añade Ramírez.
Los datos muestran una transformación evidente en Colombia: el modelo tradicional de tenencia de vivienda está cambiando. Factores como las nuevas dinámicas familiares, la situación económica y el desarrollo urbano están redefiniendo las opciones y prioridades de millones de ciudadanos. En este contexto, resulta crucial consolidar un mercado de arriendo más sólido, que brinde seguridad tanto a arrendadores como a arrendatarios, y atender de manera urgente el déficit habitacional que sigue afectando a las poblaciones más vulnerables.
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Para ver el informe, dé clic en el siguiente enlace: SituacionInmobiliaria2025.pdf
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