¿Alguna vez se ha quedado atrapado en el tráfico de hora pico en un semáforo que sólo permite el paso de tres vehículos a la vez, creando un cuello de botella? Ahora, imagine ese único semáforo como parte de una red más amplia.
Redes de telecomunicación deberán ser capaces de redirigir los datos en función de la demanda
Sería imposible trabajar si esa red no se ajusta cuando hay un evento o actividad importante que está causando un pico significativo en el tráfico de datos.
Por Rafaela Werlang, Ingeniera de Sistemas de Campo Regional de Ciena
La historia nos ha demostrado que más vehículos en la carretera implica más congestión y demoras en el tráfico. Lo mismo ocurre con los datos, ya que cada año se introducen en el mercado más dispositivos tecnológicos que requieren cantidades cada vez mayores de ancho de banda. ¿Cómo podemos sostener la demanda y mitigar los embotellamientos en nuestras carreteras y dentro de nuestras redes? Muchos consideran que la solución son las aplicaciones 5G y de tráfico inteligente. La próxima ola de tecnología de punta en América Latina proporcionará una excelente oportunidad para maximizar la eficiencia de las redes de manera generalizada. Sin embargo, lograr que estas redes funcionen como “redes inteligentes” requiere de la programabilidad, escalabilidad y automatización.
Ciena trabaja con operadores para crear redes que se puedan adaptar y ayuden a los proveedores de servicios a hacer crecer sus redes a medida que las necesidades de los negocios y el mercado cambian, incluyendo la explosión de las demandas de ancho de banda y la necesidad de procesamiento ultrarrápido y de baja latencia. Lo que hace único este enfoque es que puede funcionar para muchas de las infraestructuras de las que dependemos todos los días, desde encender un interruptor de luz hasta un sistema de semáforos.
Sacando el mayor provecho de nuestras redes eléctricas
Al encender una luz, la mayoría de nosotros no pensamos en el recorrido que comienza en la fuente donde se genera la energía eléctrica, viaja a través de las líneas de transmisión y finaliza con las líneas de distribución que llevan la electricidad a nuestro hogar o lugar de trabajo. El proceso es sinónimo de cómo funciona una red. Con el tiempo, a medida que la economía digital continúa creciendo, y el apetito por la energía aumenta, garantizar la fiabilidad de la red eléctrica se convertirá en un reto aún mayor.
En muchas redes eléctricas de América Latina, una interrupción en una etapa del sistema puede causar apagones generalizados, como el que se experimentó en los países del Cono Sur de Argentina, Paraguay, Uruguay y partes de Chile en 2019. En este caso, una falla en varias líneas de transmisión provocó una reacción en cadena que dejó a millones de personas en la región sin electricidad. La modernización de las redes eléctricas para incorporar una mayor automatización y programabilidad es un primer paso crítico para evitar apagones similares en el futuro. La llegada del 5G a la región ayudará a las redes eléctricas a hacer exactamente esto, proporcionando conectividad para manejar las cantidades masivas de sensores necesarios para hacer funcionar las redes inteligentes. Una red resistente de baja latencia es clave para permitir que la “red inteligente” detecte automáticamente la falla y redirija la energía eléctrica lejos de la línea de transmisión dañada, a través de otras partes de la red, garantizando que aquellos afectados por la falla sigan teniendo electricidad. Todo esto sería posible sin necesidad de la intervención humana.
Los momentos oportunos no tienen que ser todo
Por una buena razón, los sistemas de señalización del tráfico están cronometrados. Sin embargo, esto a veces puede llevar a embotellamientos durante las horas pico. Este problema es especialmente frecuente en América Latina, donde algunas de las ciudades más pobladas de la región encabezan regularmente la lista de las ciudades con el peor tráfico del mundo. Los embotellamientos causados por sistemas de señalización de tráfico ineficientes contribuyen a los problemas de congestión, contaminación y problemas de demoras en ciudades como Bogotá, Ciudad de México y São Paulo. ¡Bogotá es el líder en América Latina con el peor tráfico, reportando cerca de 191 horas (o más de una semana) desperdiciadas en tráfico al año! A la Ciudad de México y a Sao Paulo no les va mucho mejor, con residentes que pasan poco menos de un mes del año sentados en tráfico. Imagina cómo un sistema de señales de tráfico construido sobre la programabilidad, la automatización y la escalabilidad mejoraría nuestra experiencia de conducción.
No puedo reiterar lo suficiente cómo la capacidad de intercambiar datos en tiempo real juega un papel significativo en la maximización de la eficiencia de las redes, y nos coloca en la mejor posición para beneficiarnos de las promesas del 5G y la conveniencia de las ciudades inteligentes. Las cámaras y los sensores pueden recopilar datos sobre el tráfico y la densidad de los vehículos y compartir esta información en tiempo real, permitiendo que los semáforos cambien en función del volumen de vehículos en la vía y no sólo con base en un algoritmo inflexible. Esta información podría ser especialmente útil durante los desplazamientos en las horas pico. Por ejemplo, los ciclos de los semáforos, en una calle lateral con un intervalo de tiempo de luz verde corto, podrían detectar automáticamente una línea de vehículos esperando para tomar una vía principal y ajustarse en consecuencia, ampliando el ciclo de luz verde y permitiendo el paso de más vehículos.
La introducción del 5G añadirá toda una capa nueva de eficiencia a los sistemas de señalización de tráfico. Los vehículos autónomos, que a menudo se mencionan junto con el 5G, aumentarán el intercambio de datos y trabajarán en conjunto con los semáforos para mejorar el flujo de tráfico. Todos estos datos también pueden alertar a los conductores sobre cuándo es mejor salir de la casa, minimizando así el tiempo y el combustible gastado en el desplazamiento y disminuyendo – incluso levemente – el desgaste del vehículo.
La realización del futuro
Aunque este tipo de redes se adecuan mejor al mundo de las telecomunicaciones, las mismas son necesarias para hacer posible el 5G y el intercambio masivo de datos requerido para otras aplicaciones. Parecido a las redes eléctricas y a los sistemas de señalización de tráfico, las redes de telecomunicaciones deberán ser capaces de redirigir el tráfico de datos en función de la demanda en diferentes partes de la red y hacerlo de forma automática.
Al igual que las señales de tráfico deben adaptarse a diferentes patrones y situaciones propias, una red de telecomunicaciones debe ser capaz de adaptarse a los picos de datos para evitar las caídas de Internet. Por ejemplo, un partido de fútbol en La Bombonera, en Buenos Aires, se beneficiaría de un ancho de banda sintonizable para dedicar más procesamiento al estadio para la masa de gente que envía fotos y videos a sus amigos que no tuvieron la suerte de conseguir entradas. Asimismo, o, como una red eléctrica debe ser capaz de redirigir el tráfico en caso de una interrupción en un nodo, las redes de telecomunicaciones deben tener la capacidad de hacer lo mismo, sin dejar de ofrecer baja latencia y mantener velocidades rápidas.
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Para que todas las redes basadas en datos funcionen a su plena capacidad y garanticen al mismo tiempo que no haya interrupciones, necesitarán redes que se adapten y logren integrar la automatización, escalabilidad y programabilidad. Así es como potenciaremos no sólo el futuro de las redes sino, en esencia, el futuro de América Latina - desde mejorar el tráfico y los sistemas eléctricos hasta garantizar la escalabilidad y el crecimiento exponencial de su creciente comunidad empresarial.
Algunas negrillas por Despejando Dudas.
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