En Colombia, la televisión tradicional comparte cada vez más espacio con los dispositivos móviles en la rutina de entretenimiento de los hogares. El streaming, lejos de ser una novedad, se consolida como un servicio esencial dentro del consumo cotidiano de los colombianos.
Así lo señala Héctor Premuda, investigador y docente de la EAE Business School, quien lidera el estudio “El gasto en plataformas audiovisuales en los hogares: hábitos y nuevas tendencias de consumo”. Su análisis revela cómo están evolucionando los patrones de uso de las plataformas digitales y anticipa el rumbo que tomará este fenómeno en los próximos años.
El consumo de video en Colombia atraviesa una transformación profunda. Según un estudio de Kantar IBOPE Media realizado en el primer semestre de 2025, el televisor sigue siendo el dispositivo preferido para ver contenidos audiovisuales 49,3%, pero el smartphone ocupa ya el segundo lugar con un 42,3%.
La escena cotidiana en los hogares del país muestra esa mezcla entre pasado y presente: los colombianos saltan con naturalidad entre la televisión y el celular, adaptando sus momentos de ocio a un estilo de vida cada vez más híbrido.
De acuerdo con cifras del estudio de Kantar IBOPE Media:
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69% de los encuestados continúa viendo televisión abierta.
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17% opta por servicios de televisión paga.
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14% prefiere las plataformas de video bajo demanda (streaming).
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19% combina ambos formatos, utilizando el televisor para canales tradicionales y aplicaciones de streaming, lo que confirma el avance del modelo híbrido en los hogares colombianos.
Y todo esto sucede entre una oferta de plataformas y modalidades de pago, suscripción y visionado cada vez más grande, variada y descentralizada, que trae consigo sus propios desafíos.
“Cuando hablamos de streaming, tendemos a englobar bajo la misma etiqueta servicios muy distintos”, explica Héctor Premuda, docente e investigador de EAE Business School. “YouTube y Twitch no funcionan igual que Netflix o Disney+. Las primeras se sustentan en la publicidad y la interacción en tiempo real, mientras que las segundas dependen de retener mes a mes a sus suscriptores. Eso cambia completamente la lógica de valor para el usuario. En unas se paga con dinero, en otras con tiempo y atención”.
El experto, autor del estudio El gasto en plataformas audiovisuales en hogares: Hábitos y nuevas tendencias de consumo realizado por esa Casa de Estudios , subraya que, en los servicios de suscripción, la clave está en la fidelización, es decir, la capacidad de mantener abonados activos y reducir las cancelaciones.
Métricas como la tasa de cancelación (churn) o las horas de visionado son hoy indicadores esenciales de éxito. Y para las plataformas gratuitas, como YouTube o Twitch, las medidas están en su capacidad para generar atención y participación constante, midiendo su rendimiento a través del tiempo de conexión, los «likes» o la interacción en chats en vivo.
“Las diferencias no son solo de formato, sino también de dinero”, explica Premuda. “Netflix cobra una suscripción mensual visible, pero las plataformas gratuitas también ganan: rentabilizan nuestro tiempo con publicidad y patrocinios. En el fondo, ambos modelos se disputan lo mismo: la atención de cada espectador”.
En cuanto a la integración con la inteligencia artificial, se tiene lo siguiente:
- Netflix utiliza inteligencia artificial para personalizar portadas y recomendaciones, ajustando cada sugerencia al gusto del usuario.
- Disney+ aplica algoritmos que adaptan los contenidos y estrategias de visualización para mantener el interés del público infantil.
- Amazon combina datos de compra y consumo audiovisual para ofrecer experiencias integradas y altamente segmentadas.
“Se estima que más del 80% de lo que vemos en Netflix proviene de sus recomendaciones automáticas”, indica el académico y añade: “la IA no solo decide qué vemos, sino también qué se produce, anticipando un futuro donde cada perfil de usuario tendrá una experiencia única”.
A medida que las plataformas multiplican sus modelos de negocio, se impone la tendencia de que los consumidores combinen servicios pagos y gratuitos según sus hábitos y presupuesto.
El futuro del streaming apunta a un modelo híbrido. Según el experto, quienes valoran la calidad seguirán pagando por experiencias sin publicidad, mientras que quienes priorizan el ahorro optarán por opciones gratuitas con anuncios. El gran reto para las plataformas será equilibrar precio, contenido y flexibilidad; el de los usuarios, decidir en qué invertir su tiempo y atención.
El cambio no solo está en las pantallas, también en nuestra forma de conectar con el mundo. Comparta esta nota y únase a la conversación sobre el tema.
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